jueves, 2 de enero de 2014

Subida al León Dormido por la cara Norte

Estos días en los que hay tan poca luz, es muy agradable poder hacer una ruta mañanera si el tiempo ayuda. El domingo 29 de diciembre aprovechamos el día para poder hacer una nueva excursión por El León Dormido, esta vez acompañados por Marga y Adolfo.
También quise estrenar mis primeros bastones para hacer senderismo, regalo de Navidad, con lo que nos vestimos con varias capas a lo "cebolla", y nos dirigimos a Lapoblación.
Al aparcar en el pueblo, comprobamos que había bastantes coches, aunque no tantos para que la ruta llegue a masificarse.
El primer tramo lo hicimos a buen paso, comenzando por la cara oeste y dejando que el sol nos calentara para al llegar a la zona de verdadera subida quitarnos algo de ropa.
En los laterales del sendero quedaban los restos acartonados de setas no recogidas y que habían sucumbido a las heladas del invierno. También comprobamos que tras el temporal habido hacía unos pocos días, lo que llaman en la actualidad "ciclogénesis explosiva", el viento había terminado de tirar las hojas secas que aún permanecían en las ramas de los árboles hasta entonces, con lo que el camino estaba más resbaladizo que de costumbre.
 
La subida se dio muy bien, salpicada con senderistas que realizaban la misma ruta pero en sentido opuesto, pero que no nos impidió llevar un ritmo constante.

Os recomiendo parar de vez en cuando para poder disfrutar de unas vistas espectaculares según se va pronunciando la subida.
 
Al llegar a la zona de la línea de vida, no tuvimos ningún problema en cruzar, debido a que en esta ocasión la roca que pisamos no estaba resbaladiza, además de que yo llevaba calzado adecuado.

 Una vez pasado este tramo, sólo quedaba un ligero ascenso para llegar a la cumbre, donde disfrutamos del buen tiempo, buen ambiente con el resto de excursionistas y nos dispusimos a disfrutar un rato del ambiente, descansar y juntarnos con varios grupos que aún no habían iniciado la bajada.



Marga realiza unas subidas de rapidez casi inigualable, aunque para bajar tiene más problemas y suele tardar más de lo normal. En esta ocasión recibió una llamada telefónica y bajó sin ningún problema y hablando por el móvil. De esta forma comprobamos que cuando tenemos alguna distracción, se baja con mucha más soltura, ya que en ese momento ella estaba automatizando gestos, y no pensando qué pie poner detrás de otro, con lo que con gran alegría realizamos una bajada muy amena.


Para terminar, debido a que los domingos es día de mercadillo en Logroño, hicimos una visita para recabar productos de la tierra, y después "vermú" tranquilo en casa.
En resumen, mañana muy agradable y amena, ruta corta y para todos los públicos que en un día despejado te permite ver toda la comarca navarra y riojana.

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